Son instalaciones que aprovechan la potencia del agua transportada por los ríos para convertirla en energía eléctrica. Para ello, emplean un sistema de turbinas acoplada a alternadores.
Se puede transformar a muy diferentes escalas, existen desde hace siglos pequeñas explotaciones en las que la corriente de un río mueve un rotor de palas y genera un movimiento aplicado, por ejemplo, en molinos rurales. Sin embargo, la utilización más significativa la constituyen las centrales hidroeléctricas de represas, aunque estas últimas no son consideradas formas de energía verde por el alto impacto ambiental que producen.

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